Mapa de Ubicación  Mapa de Ubicación       Llamenos  +11 5353 9221
Buscar en Aberlux

Novedades

Octubre 2012

Clorindo Testa

Nació en 1923 en Nápoles. Siendo niño le gustaba construir barcos y pensó que la Ingeniería Naval era su destino. El paso por Ingeniería fue breve y finalmente desembarcó sus sueños navales en la Facultad de Arquitectura. Cuando estaba en la facultad las influencias eran: Le Corbusier, Wright y Mies Van der Rohe. “Eran tres tipos de arquitectura. En mi caso yo tome a Le Corbusier, eso es evidente”.

Se gradúo como arquitecto en 1948 en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Poco tiempo después obtuvo una beca concedida por la Universidad para realizar un viaje por Europa. Tras dos años en Italia, regresó a Buenos Aires y comenzó a desarrollar en paralelo su carrera de pintor y arquitecto.
El Centro Cívico de Santa Rosa. El Banco de Londres, la Biblioteca Nacional, el Hospital Naval, el Centro Cultural Recoleta, son algunas de sus obras más importantes.
Hoy como uno más se presenta en concursos a pesar de su trayectoria.
Su talento y profunda comprensión humana, nos transporta a un mundo de espacios alterados, llenos de color y tensiones, donde nos hace pasear por imágenes que se proyectan desde lo mas profundo de sus sueños.

Ventana: ¿Cómo define el estilo de Clorindo Testa?

Clorindo Testa: El estilo va cambiando. En arquitectura el hormigón, las formas fuertes me siguen gustando. Pero uno cambia. Por ejemplo, Picasso cuando pintaba aunque las cosas que pintaba eran distintas uno reconocía que era él, porque la mano es la misma. El gesto siempre es el mismo. Por ejemplo, la biblioteca que hice en La Pampa no es un cubo de cristal. O sea es una forma, que la podrías haber hecho hace 50 años, pero hace 50 años estabas más restringido por las formas verticales, horizontales y las curvas no están en la mente de uno. El lenguaje de la arquitectura va cambiando. Hay rupturas importantes, pero se reconoce lo que uno hace aunque sea distinto.

V: ¿Cómo es su proceso creativo?
C.T.: A lo mejor no sabes por qué hiciste ese trazo, a lo mejor te acordaste de algo sin darte cuenta. Es espontáneo. Por ejemplo, Clarín tituló la obra de La Pampa, como armadillo pampeano, y a vos no se te ocurrió eso, o sea, después veo que se parece bastante al gliptodonte ese que está allí –señala al gliptodonte hecho en madera que está en su despacho-, que hice hace 15 años. Evidentemente, si le agregas 4 patas, la cola, y la cabeza es un gliptodonte. Pero otra persona lo ve. A vos no se te ocurre que vas a hacer un gliptodonte, no sabes porque hiciste ese trazo, a lo mejor te acordaste sin darte cuenta, sin pensarlo. Es espontáneo.

V: ¿Qué rol cumplen las aberturas en sus proyectos?
C.T.: La ventana es una perforación de la pared. Vos pensas de qué tamaño tiene que ser. La relación entre el interior y el exterior es siempre importantísima. Depende de la relación que hay en cada obra y en cada ambiente en particular. Es distinto, si vos estás en un estar que tiene una montaña en frente
Una de las anécdotas que más me sorprendieron fue la de Gio Ponti, un arquitecto italiano importantísimo de los años 40, 50. Él le hizo una casa en Caracas a unos venezolanos que conozco, y me contaban que era una zona de muchas montañas, el lugar era alto, afuera de la ciudad. Y me decían que Gio Ponti tenía 3 o 4 personas que agarraban las ventanas, las levantaban y las iba moviendo de lugar, y Gio Ponti miraba hasta que encuadraba con el paisaje, entonces recién ahí fijaba la ventana. Yo no hago nada de eso, pero me pareció interesante como Gio Ponti iba moviendo la ventana como una cámara fotográfica.

V: ¿En sus obras cuándo y cómo piensa en las ventanas?
C.T.: Hago todo junto. Hay edificios que no tienen ventanas, porque tienen una función interior fuerte, como ser un teatro, una sala cine, donde no puede haber ruido del exterior; en esos casos se debe hacer una cosa cerrada, un caparazón. 
En el caso específico de la Biblioteca de La Pampa, la sala de lectura tiene en el fondo una gran ventana cuadrada, para que mientras se lee, se pueda ver el exterior. Después hay ventanas más chiquitas, que están puestas en distintos lugares con el sentido de provocar la sensación de que vos perforas la pared. 
La idea era que cuando se está en la sala de lectura se pueda ver el río, el paisaje. Ahí tendría que haber unos parasoles que después no los hicieron, que llegaban hasta una altura que te permitía tener una buena lectura y ver el paisaje. Para arriba estaba todo cerrado, de manera que el sol no molestaba, y la vista iba por debajo. 
Las ventanas del Hospital Naval son redondas. En realidad, no las habíamos pensado para el Hospital Naval, sino para el Hospital de Bariloche, que fue un proyecto que después no se hizo. En ese caso, el terreno era un poco alto, entonces delante tuyo tenías el lago y atrás la ciudad de Bariloche. Ahí pensamos en que fueran redondas porque da la sensación de perforar un papel con el dedo, que es redondo. Después, cuando hicimos el Naval, que la mayoría de las habitaciones daban a Parque Centenario, también era como una perforación. Uno piensa cómo tiene que ser la abertura de acuerdo a qué es cada cosa, cómo es cada caso. 
En el caso del Banco de Londres que es una pared de vidrio, cuando se está adentro no se tiene la sensación que es una pared con ventanas que te cierra. La fachada del Banco de Londres es el Banco de La Nación que está en frente. Es otra la fachada, porque la vista tuya se va más allá del hormigón que es como si fuera una mano agujereada. Y ayuda el hecho de que en el centro haya calles angostas, entonces es como si la fachada fuera la del edificio de enfrente.

V: ¿Cómo maneja la relación estética- funcional?
C.T.: Le tenés que dar importancia a lo funcional. Yo creo que en una ventana siempre tenés que pensar en cómo se va limpiar. Si es un edificio público podés pensar que tenés el carrito afuera que baja porque está en pendiente, etc. Pero si el edificio es para una  señora que vive ahí, la señora no puede colgarse del carrito, lo máximo que puede hacer es abrir la ventana.

V: Y con respecto a lo estético...
C.T.: Hace poco hicimos una casa en un barrio privado, el cual estaba dividido por zonas. En un sector las casas no pueden tener color afuera, en otro sector todas son mampostería a la vista, etc. Es una disposición del countrie. A nosotros nos pedían que los techos fuesen grises o negros y las paredes blancas. El terrero tenía de un lado como si fuese un establo de caballos, un espacio grande sin casas. El lote estaba lleno de arboles viejos. Entonces la casa está como si vos te vas calzando entre los árboles tratando de tirar la menor cantidad de arboles posibles. Entonces la sala de estar se abre para este lado, no tenía ningún sentido hacerlo al revés, mirando para el lado de los vecinos. El estar está arriba en el primer piso, para pasar por encima de tu cerco y por encima del cerco del vecino…

V: ¿Clorindo Testa hizo una casa blanca?
C.T.: (Se ríe). En cierta forma tratas de romper con eso. Había que romper con el aburrimiento del blanco.  Las casas blancas son feas. Tener un poco de color en la casa está bien. Entonces hicimos una doble pared entre las cuales quedaba un espacio angosto, una especie de galería, pasillo, por el cual se pasa para entrar a la casa. La pared de adentro la pintamos de colores, es como si fuese un cuadro toda la pared; y la pared de afuera está toda pintaba de blanco. O sea, si la ves de afuera es blanca, pero cuando vas por el pasillo para entrar a la casa, ves la verdadera fachada que tiene mucho color.

V: ¿Imagino que el pintor fue usted?
C.T.: Yo hice el dibujo en la pared y después Juan Fontana, con alumnos de la facultad, pintaron la pared.

V: ¿Hubo otras obras donde haya podido cruzar la arquitectura y la pintura en una sola obra?
C.T.: No, este fue un caso especial donde me vi forzado a buscar una solución; y es bueno como experiencia porque es como un incentivo de poder hacer otra cosa sin romper lo que estaba establecido o lo que nos pedían. Desde afuera no se ve nada, es una casa blanca. Pero si uno entra descubre la verdadera fachada que es el gran cuadro.

V: ¿Es cierto que a usted le parecen horribles las casas de los countries?
C.T.: Considero que los barrios cerrados son una vuelta al medioevo, a la muralla, pero cada vez más enferma. Las casas son horribles desde el punto de vista que parecieran estar hechas hace 150 años. Las casas contemporáneas son contadas con los dedos.

V: ¿Qué relación tiene la arquitectura con la gente que luego la va a habitar?
C.T.: Yo me hice hace muchos años una casa en Pinamar, que luego vendimos, pero fue hecha para nosotros. Como a mí no me gusta estar en el parque y hacer asados, razón por la cual no tiene parrilla. Por otro lado, no me gusta estar sentado en el parque con los mosquitos, moscas. En realidad, no era un parque, era un terreno por el cual vos pasabas y entrabas a la casa. Nunca estabas sentado en el parque, no había. Estaba ubicada a 200 metros del mar, por eso hicimos el estar en el primer piso, porque desde ahí podíamos verlo. No tenía ningún sentido hacer una ventana abajo, y estar todo el día ahí como si estuviésemos en un quinta en Pilar mirando el cerco. Si querías estar sentado al aire libre, había una terraza; sino te sentabas en el sillón del living que en frente tenía una ventana grande por donde veías el mar. Después si querías ver los fuegos artificiales del primero de año subías a la azotea. Además, cuando había regata veías pasar los barcos a vela que iban a Mar del Plata. Otras veces no los veía porque pasaban más adentro. O sea, tenías una casa que no la usabas para ir arriba a tomar sol, sino que la usabas para ver las cosas que sucedían.
Uno es el que elige… podes comprar el terreno en la zona blanca, o en la zona de ladrillo a la vista, son elecciones.

Fuente: Ventana en la web

  • Conocimiento, tecnología y calidad, nuestros pilares desde 2003 como carpinteros especializados en aluminio.
  • Descubra nuestra relación precio-beneficio en carpintería de aluminio
  • Contamos con la calidad de la tecnología que proveé Alcemar, líder en el mercado.
  • Para solicitar una entrevista, contáctese con nosotros completando nuestro formulario de contacto.
2015 © ABERLUX - Todos los derechos reservados